Para tesis

Author: Igor /

Los «estancos» propuestos, es decir, los jóvenes apocalípticos e integrados no deben ser entendidos de manera estática o escindida. Se trata más bien de distinciones que ayudan a pensar los universos y códigos culturales de los diversos actores juveniles. De lo que se trata es de «deconstruir» las visiones estereotipadas que subsumen lo juvenil a uno de los dos extremos, planteando la existencia de diversas culturas políticas juveniles. En este sentido, los universos y códigos tienen que ver con, e inciden en la construcción de las modalidades sociopolíticas, es decir, actúan como mapas cognitivos para guiar, pautar, y darle rumbo a las acciones juveniles. De la misma forma, habilitan el procesamiento de los impulsos externos e incidir, de distintos modos, en el cambio social. En última instancia, contribuyen a la elaboración de nuevas maneras de vivir lo juvenil. Cabe señalar que la noción de diversas culturas juveniles es doblemente útil. Por una parte permite establecer «escenarios intermedios» de comparación y análisis entre el extremo apocalíptico y el extremo integrado del sector juvenil. Lo que se pretende discernir con ello es la vinculación de las biografías, discursos y prácticas particulares de los jóvenes, con un sistema cultural más amplio. Por otra parte, la existencia de diversas culturas políticas juveniles facilita el entendimiento de otras formas de vincularse (o no) con el campo político. Lo anterior se relaciona tanto con la historia y el procesamiento local de los procesos sociales, como con los entramados culturales que los actores procesan, privilegian y confrontan. Aunado a lo anterior, la existencia de diversas culturas políticas juveniles permite poner de relieve que, más allá de la resistencia/integración, existen modos distintos de relacionarse con lo político, los cuales responden a contextos locales particulares. A partir de ello es posible argumentar que el cambio social (i. e. la construcción social de la democracia) se vincula con diversos entramados culturales desde los cuales, los jóvenes asumen y procesan los procesos externos. Esto ha generado diversos modos de ser joven, de construir lo juvenil, de vivir la juventud. Finalmente, la noción de diversas culturas políticas juveniles permite entender y explicar las profundas asignaciones y diferencias que ordenan, jerarquizan y definen los modos juveniles de vinculares con el campo político. Plantear la existencia de diversas culturas juveniles permite, en última instancia, entender la construcción social de la democracia en el contexto de distintas matrices culturales en constante movimiento. En este sentido, las transformaciones y procesos sociales que analizamos en la relación que se establece entre los jóvenes y el campo político constituyen —más que reacciones y adecuaciones a los impulsos provenientes del exterior— múltiples posibilidades analíticas.

0 comentarios: